Casi todo el mundo tiene miedo de la oscuridad en un momento de su vida. Suelos que crujen, cortinas que crepitan o golpes casuales llenan las noches de terror. Pero no es la propia oscuridad lo que encontramos tan aterrador, es el miedo a lo que se esconde en ella.

(Un poco de miedo a la oscuridad es, de hecho, una ventaja, ¡nos mantiene alerta en situaciones peligrosas!)

Pero todos sabemos que el hombre del saco no es real, así que ¿hay realmente algo de lo que tener miedo? Quizás no en la Tierra, pero hay monstruos escondidos en el espacio, llamados agujeros negros.

Los agujeros negros se forman cuando muere una estrella masiva. Cualquier cosa que se acerque demasiado a un agujero negro es atraída hacia él con una fuerza tan intensa que no hay posibilidad de escapar. ¡El monstruo la engullirá!

Para hacer estos monstruos todavía más amenazadores, los agujeros negros son invisibles. Hasta que empiezan a alimentarse.

La imagen de arriba muestra dos galaxias, la brillante galaxia rosa de la derecha tiene en el centro un enorme agujero negro que se está alimentando. Si miras con cuidado, puedes ver un flujo de material que está siendo succionado desde la galaxia azul al interior del agujero negro.

Los agujeros negros son comedores desorganizados. Cuando traga material expulsa gas cósmico caliente, como las migas de una galleta. El gas que sale disparado del agujero negro casi parece una explosión cósmica gigante en esta imagen, y tiene un efecto devastador parecido. El gas caliente está calentando la galaxia entera al punto de que es incapaz de crear estrellas nuevas.

Las galaxias empiezan siendo máquinas de formación de estrellas con una receta simple: gas cósmico + gravedad = estrellas. Aquí tenemos una galaxia que tiene todo lo que necesita para formar estrellas nuevas, pero no lo hace. Ahora, por primera vez, sabemos por qué.

Traducciones de Amelia Ortiz-Gil/Observatorio Astronomico-Universidad de Valencia, y Breezy Ocaña/