Estrellas infantiles anidadas en lugares inesperados
31 de Marzo de 2021

Los astrónomos que estudian “nidos estelares”, regiones donde normalmente nacen las estrellas, consideraban al centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, demasiado inhóspito como para ser un lugar de formación estelar.

Sin embargo, recientemente, un equipo de investigadores, con un arreglo de radiotelescopios llamado Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), descubrió algo sorprendente: huevos estelares con estrellas bebés a punto de salir ¡justo en el centro de la Vía Láctea!

Receta para hacer estrellas

Para que nazca una estrella se necesitan nubes de polvo y gas cósmico y una fuerza gravitacional atrayente muy fuerte para hacer que estos ingredientes colapsen.

En el centro de la Vía Láctea existen muchos factores que interfieren con la gravedad: desde campos magnéticos fuertes que pueden impedir el colapso del gas, hasta la turbulencia (remolinos) que puede imposibilitar la contracción del polvo. La presencia de estos fenómenos hacía pensar a los astrónomos que las estrellas difícilmente podrían nacer en el centro de la Vía Láctea.

Sorpresa, sorpresa

Pero en un estudio de esta región con ALMA, un equipo de astrónomos liderados por Xing Lu, del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, descubrió más de 800 núcleos de gas y polvo densos –huevos estelares– en el centro de nuestra galaxia.

El hallazgo muestra que las estrellas infantiles son más fuertes de lo que se pensaba: nacen incluso en entornos tan inhóspitos como lo es el centro de la Vía Láctea. Ahora los investigadores están examinando los datos con más detalle para entender mejor los procesos que hacen posible la existencia de tal criadero estelar.

La imagen muestra el gas en el centro de nuestra galaxia emitido por los huevos estelares. Las trazas azules representan el gas que se propaga en la dirección hacia nosotros, mientras que el color rojo marca el gas que fluye en la dirección opuesta.

Dato curioso

ALMA es un observatorio compuesto por 66 platos altos en el Desierto de Atacama, al norte de Chile. Estos platos gigantes “ven” ondas de luz de corta longitud, de orden de milímetro (¡como un grano de arena!) y menos. Estas ondas provienen de unas nubes frías en el espacio y de las galaxias muy lejanas. A nosotros nos proveen pistas sobre las condiciones físicas y químicas en los criaderos estelares – regiones de gas y polvo muy denso, donde nacen las estrellas.

This Space Scoop is based on a Press Release from NAOJ .
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