El cielo nocturno es enorme, y está lleno de miles de millones de objetos extraños y exóticos. Debido puramente a su número, explorar estas maravillas cósmicas es una tarea demasiado grande para una persona sola, así que los astrónomos deben de trabajar juntos. Necesitan mucha gente inteligente y algunos telescopios extremadamente potentes para mirar a algunos de los objetos más lejanos de nuestro Universo.

Esto a menudo significa que los países han de juntar sus cabezas y su dinero para financiar esta tecnología avanzada y compartir el tiempo de uso. De este modo, juntos, pueden realizar proyectos atrevidos, como estudios que requieren cientos de horas de observación del cielo nocturno entero. Cuando han recogido los resultados de sus observaciones, los equipos pueden entonces compartir sus descubrimientos por Internet.

Gracias al Observatorio Virtual, la enorme cantidad de información recogida por estudios astronómicos no acaba en la basura - ¡los astrónomos y miembros del público de todo el mundo pueden acceder a ellos a través de Internet! Un equipo miró el entorno en el cual puede encontrarse un agujero negro que ocupe el centro de una galaxia.

Los astrónomos usaron el Observatorio Virtual para acceder a datos de 10 000 centros (también llamados ‘núcleos’) de galaxias activas, conocidos como ‘Núcleos Activos de Galaxias’ o AGN.

Usando estos datos los astrónomos encontraron que agujeros negros mayores, “más gordos”, tienden a encontrarse donde las galaxias se apiñan más. Las galaxias que están cerca tienen más probabilidades de chocar unas contra otras, iniciando la formación de un agujero negro. Además, los agujeros negros que ya existen en los centros de galaxias en fusión pueden unirse para convertirse en agujeros negros incluso mayores.

Traducciones de Amelia Ortiz-Gil/Observatorio Astronomico-Universidad de Valencia, y Breezy Ocaña/